Hoy las 14 h reunión discusión cartera de servicios AP

Traducción de Stajanovisme sanitari por Joan Gené publicado en El Diari de la Sanitat

La «indicadorologia» es la ciencia emergente del Sistema Sanitario Catalán. Es el estudio de la forma de conseguir que el CatSalut piense que se le está obedeciendo. Esta actividad ocupa la mayor parte del tiempo directivo y gran parte de las horas de los profesionales de atención primaria. No hay ninguna evidencia que repercuta positivamente en la salud o la satisfacción de la población ni que aumente la eficiencia. Más bien considero que es una pérdida de tiempo y un desperdicio de recursos.

Seguramente es el tema más tratado en las «sesiones clínicas» de los CAP. En estas reuniones los directivos regañan a los médicos que gastamos demasiado en pruebas complementarias o en recetas. Con una actitud paternalista les recomiendan que deriven al especialista los pacientes que toman medicamentos caros o que requieren pruebas costosas. Argumentan que la astucia hará imputar el coste en el hospital. Opinan que así mejorarán la imagen de la empresa de atención primaria ante el CatSalut.

Los objetivos y los indicadores del CatSalut son una verdad absoluta que no tiene excepciones. Una certeza basada en la evidencia científica dictada por una organización que una vez más ignora la voluntad del paciente. Por el contrario, los directivos nos recomiendan que llamamos a los pacientes que no han sido sometidos a las pruebas o los tratamientos que marca la historia clínica electrónica. No sirve de nada explicar que el paciente no acepta el tratamiento o la prueba. Tampoco vale argumentar su indicación dadas las comorbilidades o las características específicas del enfermo. Lo importante es que el ordenador ponga el semáforo en verde.

La «indicadorologia» no es más que un esfuerzo gigantesco de autoengaño. Llega a extremos tan ridículos como que los sistemas de agendas electrónicas del ECAP del Instituto Catalán de la Salud crea automáticamente agendas a medianoche con el objetivo de que a primera hora de la mañana, cuando el CatSalut evalúa la accesibilidad,  encuentre espacios de visita o huecos para el mismo día. Lógicamente la astucia no beneficia a los pacientes disciplinados que desean una vista por su médico al día siguiente. Cuando la quieren concertar se encuentran que la agenda  todavía no está abierta.

También se autoenredan con la fragmentación del presupuesto. Alguien piensa que las recetas o las pruebas indicadas por los especialistas no serán también pagadas por el CatSalut? La trampilla que nos piden no hará más que encarecer el servicio y aumentar las listas de espera.

Cuesta quedar al margen de la «indicadorologia». Cuando no cumples te señalan con un semáforo rojo. Te hacen creer que no sólo eres un mal médico sino que también perjudicas tus compañeros. Dejarás de cobrar un dinero pero también impedirás que los cobre la «empresa». En cambio, los directivos felicitan a los que adoptan conductas stajanovistas. Son los campeones en semáforos verdes. Quizá también los acabarán otorgando la medalla de Alexei Stajanov como se hacía en la antigua Unión Soviética.

Todo ello recuerda la película ‘I .. como Ícaro’ de Henri Verneuil (1979) basada en la clásica experiencia de Stanley Milgram sobre la obediencia. El investigador demostraba que personas normales pueden ser capaces de lanzar descargas eléctricas a personas totalmente inocentes por el simple respeto a las indicaciones que marca la autoridad. Estamos educados para obedecer.

Derivando los pacientes costosos a otras entidades por indicación de la dirección, molestamos injustamente a los pacientes. Los médicos de familia no podemos disparar «descargas eléctricas». Antes de que todo nos debemos a nuestros pacientes. Aunque el sistema se autoengañe, no es ético que nosotros engañamos a los pacientes.

Los directivos deben entender que el discurso de la trampilla transmite unos valores a los profesionales que repercuten negativamente sobre los pacientes y sobre la moral de los equipos asistenciales. Seguramente, mucho del desánimo actual de la Atención Primaria, proviene de la aplicación de estas políticas que anteponen los objetivos del CatSalut a la atención de las demandas de las personas que nos visitan.

Espero que el CatSalut madure, que supere la fascinación para ir sumando mentiras y publicarlas en la web del Aqua. Debe dejar de jugar a «empresarios» en un entorno planificado que en muchos aspectos recuerda la antigua Unión Soviética. Es hora de adoptar el discurso de la atención al paciente, respetar sus valores y sus preferencias. Es el momento de gestionar la experiencia de atención y no de autoengañarse con los semáforos de la computadora. No tenemos que competir entre entidades sino que debemos establecer vínculos y coordinaciones. El discurso honesto de buscar la mejor atención centrada en el paciente nos unirá y permitirá modernizar las organizaciones sanitarias catalanas.

Un Comentario

  1. Javier Pérez Jaén

    Completamente de acuerdo con la conclusión.
    ¿Y no te da la sensación que en Madrid ocurre al contrario? ¿Que parte de las derivaciones, altas seguimientos, nuevas primeras citas que no lo son y un largo etc son derivadas a primaria con ese mismo fin?
    Saludos
    Javier

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