¡Deja de teclear y mírame!

En la serie con C mayúscula (The big C) una soberbia escena nos muestra a la protagonista, enferma de cáncer de mama, enfrentarse con enfado a un estudiante de medicina, mientras le lanza la frase que encabeza esta entrada

Fragmento de un capítulo de Con C mayúscula. Recogida para la iniciativa ‘Mírame’  por Laila El Qadi.

Muchos pacientes deberían decirnos lo mismo. La historia clínica informatizada y su (mal) uso nos ha convertido en una especie de silencioso kiosko donde los elementos de la interacción humana (por ejemplo la mirada) rebotan sin la menor compasión. Por exceso (tecnoadictos) o por defecto (tecnopardillos o ágrafos mecanicos) los médicos permanecemos inalcanzables durante gran parte de la consulta, mientras contemplamos con cara de esforzados bobos una pantalla centelleante. Esta increíble sumisión al poder burocrático está socavando, de forma imperceptible pero duradera, la relación de la profesión médica con sus pacientes. Por nuestro propio interés debería existir un mayor interés en estudiar la influencia de los ordenadores en la comunicación médico-paciente durante la consulta.

Los médicos tienen diferentes formas de interactuar con la historia clínica electrónica (HCE). Estos estilos de relación podrían están relacionados con diferentes patrones de interacción no-verbal entre médicos y pacientes e influenciar los resultados de la consulta. En un estudio publicado en 2013 en la revista Journal of General Practice se pretendió identificar las diferencias de los patrones de la mirada en tres estilos de interacción con la HCE: estilo centrado en la tecnología, estilo centrado en la persona, y un estilo de interacción mixta.

Se grabaron en vídeo 100 visitas de atención primaria con diferentes estilos de interacción. Los comportamientos de la mirada de los ojos se codificaron y se describieron como frecuencias y duraciones de esta. CapturaLos patrones dinámicos de la mirada de médicos y pacientes, se analizaron mediante análisis de retardo secuencial, es decir cómo se asociaban la secuencia de las miradas entre médicos, pacientes e HCE.

Los resultados indican que en el grupo centrado en la tecnología la consulta duro más pero la mirada mutua (pacientes-médicos) era más corta que en los otros dos grupos de forma significativa. Además, en el estilo tecnológico, los médicos eran más propensos a cambiar su mirada hacia el ordenador cuando los pacientes les miraban y pasar más tiempo tecleando. En este grupo los pacientes eran más propensos a mirar a otro lugar cuando los médicos contemplaban el ordenador, lo que podría ser un indicador de separación.

Las conclusiones del estudio sugieren que las HCE deben diseñarse de forma que se facilite una interacción positiva entre médicos y pacientes, tales como mantener la mirada mutua. También debe proporcionarse suficiente tiempo y entrenamiento a los médicos para que establezcan estilos de interacción efectivos y positivos.

Un Comentario

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  2. Francisco Cáceres

    Diseñar mejor las aplicaciones para que se facilite una interacción positiva es muy importante. También proporcionar el tiempo necesario para que esa interacción se produzca. Pero posiblemente no sea suficiente.
    Hoy en día nos relacionamos a través de dispositivos y de sus aplicaciones: correo electrónico, facebook, skype, twitter, whatsapp, telegram… Por la calle, en el autobús, en el metro nos cruzamos con gente que está mirando continuamente a su smartphone, sin cruzar la vista con nadie más.
    En la consulta, al fijar la mirada en la pantalla, ¿no estamos realmente reafirmando nuestra «zona de seguridad»? Nuestro compromiso a realizar una labor técnicamente impecable pero con la mínima implicación emocional. Es un ejemplo más de cómo la medicina se desliza precipitadamente hacia su vertiente tecnológica, mientras su vertiente humanística va empequeñeciendo.

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  3. Paloma

    Como dices arriba, es el mal uso. Quizá hubiera sido poder interesante hacer un estudio restrospectivo: los médicos que no levantaban la cabeza de la historia de papel ahora no la quitan de la pantalla o título similar, aunque la hipótesis de que ahora con las pantallas son/somos más probablemente sea cierta.
    Saludos

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    • rafabravo

      El problema no es comparar con las de papel (que tampoco era para tanto) el problema es que si una tecnología no sirve para darte tiempo (incluso te lo roba) para mirar a un paciente es que esa tecnología no sirve

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      • Carlos Coscollar

        Exacto!!!! Rafa. A lo que conviene añadir que la nueva tecnología no ha venido ni casual, ni gratuitamente. Es decir, ha sido a expensas de otras prioridades y a favor de otros intereses, que ahora se empiezan a entrever y a padecer en las consultas. Desde luego, no el interés del profesional, ni del paciente. Quien contemple lo que tenemos/padecemos con satisfacción o, siquiera, con resignación, anda prendado de una apariencia o encontró su «espacio de seguridad» en lugar equivocado.

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      • Juanjo Muñoz

        100% de acuerdo, eso es lo que yo vengo diciendo desde que nos implantaron en mi hospital los programas de ¿gestión clínica?. El problema es que el sistema (lease los burócratas que lo dirigen) potencian esta despersonalización de la atención donde manejar los datos es más importante que la atención en sí misma.

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  4. Juan Manuel

    Soy un médico que lleva casi 30 años atendiendo pacientes y salvo pequeñas suplencias al poco de terminar la carrera, siempre he trabajado con historias clínicas. «Aprendí» a ver pacientes de mi padre, antiguo médico rural, y al principio me llamaba la atención lo mucho que perdía yo el tiempo escribiendo sin mirar al paciente. Es difícil saber repartir bien el tiempo entre la recogida de datos, el registro de esos datos y la interacción con el paciente. Me parecen bien todos los estudios que nombras, pero echo en falta algo más práctico sobre como hacerlo. ¿ Es importante usar una historia clínica? ¿Cómo debería ser para que reflejara tanto los datos relevantes para la salud del paciente como nuestro trabajo? A veces me pregunto si sirve o no reflejar en la historia actual el modelo SOAP de las historias de papel, pero de momento lo sigo haciendo, lo prefiero a poner sólo «catarro» y marcar el icono de medicación, pero puede que haya un modelo intermedio que esté más en consonancia con nuestra labor de médicos de familia. Quizás debería haber talleres sobre como usar las TIC en consulta (aunque las organizara el Colegio de Médicos).

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    • rafabravo

      Das en el clavo Juan Manuel, estos estudios tienen como objetivo poner de manifiesto un problema pero no dan la solución ( como por otro lado es lógico)
      Es curioso como salvo un mal curso de introducción (cuando se da) nadie enseña como utilizar las herramientas tecnológicas y como sacarles el mejor provecho. Cada uno lo hace a su aire (que suele ser malo) y de ahí la frase final en la que se pide mas estudio y formación sobre estas herramienta y su aplicación en la consulta

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