la sabiduría de las multitudes que escriben en la historia clínica


Las grandes bases de datos clínicas como Base de Datos para la Investigación farmacoepidemiológica en AP* BIFAPpermite calcular con relativa facilidad la incidencia de enfermedades en Atención Primaria. Es el caso de un artículo publicado en la revista Atención Primaria donde se intenta estimar la incidencia de Neumonía adquirida en la comunidad (NAC) en nuestro país, partiendo de la base que a incidencia de la NAC es difícil de conocer ya que se trata de un proceso relativamente benigno que se puede y trata en atención primaria y no conlleva declaración obligatoria, ni registro especifico alguno.

Con la información que se recoge en BIFAP se identificaron todos los pacientes con un primer registro de episodio (códigos CIAP compatibles con este proceso) de Neumonía durante el periodo de estudio, mediante un algoritmo informático que incluía también la búsqueda del termino «neumonía» en el texto libre de la historia clínica informatizada. Se revisó toda la información recogida en la historia informatizada de los casos potenciales.

La tasa de incidencia global de NAC fue de 2,69 casos por 1.000 personas-año siendo, 3,15 en hombres y 2,28 en mujeres. La TI global obtenida en el Reino Unido utilizando la base de datos THIN fue de 1,21 casos/1.000 personas año (TI hombres: 1,33; TI mujeres: 1,10). El porcentaje de NAC ingresadas fue de un 32% en BIFAP (37% hombres; 27% mujeres) y de un 17% en THIN (18% hombres; 16% mujeres) observándose una tendencia ascendente cuando se incrementaba la edad.

Los datos confirman lo observado en otras investigaciones: la incidencia de neumonía es superior en varones, se incrementa con la edad, y además, es mayor en los meses fríos.

* BIFAP es una base de datos clínica españolas que tiene una estructura es similar a otras grandes bases de datos de atención primaria como la General Practice Research Database y The Health Improvement Network (THIN). Contiene datos de aspectos sociodemográficos, enfermedades y problemas clínicos, interconsultas, pruebas complementarias, prescripciones, y antecedentes personales y familiares extraídos de las historias clínicas informatizadas de médicos de familia y pediatras durante su quehacer diario. En el momento actual reúne los datos de 1.148 médicos de familia y pediatras que colaboran de forma voluntaria en nueve comunidades autónomas, y dispone de datos de más de 3 millones de pacientes, con una cobertura global del 6,9% (Ver Tabla ). Gracias a toda la información que incluyen estas bases de datos es posible analizar la historia natural de las enfermedades, estudiar factores de riesgo y realizar evaluaciones de la efectividad, seguridad y eficiencia de los fármacos.

Una pena que su desarrollo se haya visto entorpecido por dirigentes y gestores de medio pelo (con excusas peregrinas como la privacidad o la propiedad de los datos, cuando no por los proyectos megalomaniacos de historias clínicas centralizadas) que actúan como el perro del hortelano: ni producen información, ni dejan que otros la saquen.

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